Amy tiene unos 40 años y le encanta estar al aire libre, especialmente andar en bicicleta, caminar y pasear a su perro.
En el otoño de 2018, sintió un bulto en el cuello y, cuando no desapareció, visitó a su médico de atención primaria. Después de muchas pruebas, le diagnosticaron cáncer de pulmón en etapa 4 que se había extendido a los ganglios linfáticos y al fémur (hueso del muslo). Estaba devastada y asustada.
Unas semanas más tarde, Amy comenzó un tratamiento con radiación y un medicamento que ayuda al sistema inmunológico del cuerpo a combatir el cáncer. Esta combinación puede controlar el cáncer, pero puede causar efectos secundarios.
Después de un mes de tratamiento, el oncólogo o oncólogo de Amy reconoció que le vendría bien una capa adicional de apoyo para lidiar con sus síntomas y estrés. Una enfermera de cuidados paliativos empezó a visitarla en casa todas las semanas y estaba disponible por teléfono cuando Amy necesitaba comunicarse con ella. Ayudó a Amy durante sus difíciles tratamientos, tanto física como emocionalmente. El objetivo era que volviera a sentirse ella misma, lo que para ella significaba estar activa y andar en bicicleta.
Esta es la historia de Amy sobre cuidados paliativos. … Leer más