Por la Dra. Angela Condo y la Dra. Noelle Marie Javier

Gracias a la medicina moderna, las personas con VIH/SIDA Viven vidas más largas y saludables que nunca. El VIH ahora es una parte manejable de la vida, y envejecer no significa dejar de vivir plenamente. A medida que las personas con VIH envejecen, pueden surgir nuevos desafíos, como otras afecciones de salud, cambios en la memoria, problemas sociales o emocionales, o dolor crónico. Estos desafíos se pueden controlar con el apoyo adecuado.



Cuando te diagnostican una enfermedad grave, como cáncer de mama o cardiopatía, afecta a más que solo tu cuerpo. Puede despertar emociones profundas, cambiar tus pensamientos y perturbar tu sensación de seguridad. Puedes sentirte abrumado, asustado o incluso emocionalmente insensible. Estas reacciones son normales y profundamente humanas.
Cuando se vive con una enfermedad grave, puede parecer que todo sucede a la vez: nuevos síntomas, medicamentos, efectos secundarios, muchísimas citas médicas, papeleo y grandes preguntas sobre qué hacer a continuación. Es posible que haya recibido diferentes consejos de varios médicos. O tal vez no esté seguro de a quién llamar si algo sale mal.