Cuando sus seres queridos están viviendo con una enfermedad grave, no les permitirá enfrentar los obstáculos solos. Sus luchas son tus luchas. Su dolor es tu dolor. Sus miedos son tus miedos. Los escuchas, los cuidas y recorres el camino de la enfermedad con ellos. Eres su roca en los días en que todo parece demasiado difícil de manejar. Estás ahí para ayudarlos en todo lo que puedas.
¿Pero quién te ayuda?